El hecho de tomarse fotos de sí mismo mostrándose desnudo y enviarlas a otra persona se conoce como “sexting”. Lo suelen realizar las personas que ya tienen una relación sentimental y lo utilizan para provocar excitación en su pareja, pero en muchas ocasiones la acción puede resultar demasiado arriesgada.
Según el estudio que hemos realizado en nuestro blog, el 13% de los lectores ha enviado alguna vez fotos suyas de desnudos por cualquier medio de Internet, lo que supone un número importante si tenemos en cuenta el riesgo que supone.
Hacer sexting es arriesgado porque podemos llegar a perder el control de esas fotos íntimas enviadas inicialmente en ámbito privado. Si por alguna razón pasan a ser públicas, las consecuencias para según qué personas pueden llegar a ser dramáticas.
¿Por qué es arriesgado practicar sexting?
Esencialmente porque no hay medio en Internet completamente seguro para garantizar la privacidad de esas fotos. Si por alguna razón esas imágenes, fotos o vídeos, caen en manos de desaprensivos o personas que desconocen las consecuencias, pueden llegar a hacerse públicas hiriendo el honor y la autoestima de la víctima de forma irreversible.
Pero el sexting también es peligroso porque se convierte en un arma de extorsión, ya que se pueden utilizar las imágenes para el chantaje de la víctima. Una persona amenazada con el hecho de publicar imágenes sexuales para que las vean en su entorno familiar o de sus amigos, especialmente jóvenes y niños, es capaz de hacer casi cualquier cosa con el fin de evitarlo, lo que provoca estados de extorsión tan intensos que pueden llegar a incitar el suicidio.
¿Cómo se puede perder el control?
El único modo de garantizar que nuestras fotos íntimas no van a ser públicas es no hacerlas.
El riesgo empieza en nosotros mismos, porque muchas veces no controlamos la tecnología lo suficiente como para salvaguardar de forma adecuada nuestros archivos. No es necesario compartir las fotos para que lleguen a ser públicas.
Podemos llegar a perder el control:
Antes de compartirlas
- Podemos perder el dispositivo donde las hemos guardado, como el teléfono, cámara o portátil, o nos lo pueden robar.
- A veces nuestros dispositivos suben a la nube como copia de seguridad nuestras fotos y podemos no saberlo o no recordarlo.
- Las fotos en la nube pueden ser robadas, como les ocurrió a un gran número de famosas, cuando un hacker les sustrajo sus fotos íntimas y las publicó en Internet.
- Podemos dejar nuestra cuenta abierta en un PC o alguien puede husmear en nuestro dispositivo y descubrirlas, incluso sin nosotros recordar que las tenemos allí.
- Algún programa malicioso puede llegar a robarnos y compartir nuestros archivos de forma involuntaria o cedérselos sin que nos demos cuenta a quien lo creó.
- Los robos de archivos también se producen cuando nos conectamos a redes wifi no seguras o alguien llega a conectarse a la nuestra particular.
Después de compartirlas
- El caso más frecuente por las que las fotos íntimas llegan a ver la luz es por despecho de quien las recibió.
- Puede enviarlas como venganza al círculo de amigos a un nuevo novio o novia de la víctima.
- Incluso existen páginas Web calificadas como “porno vengativo” donde el despechado comparte de forma pública fotos y vídeos y llega a dar todo tipo de explicaciones de su víctima.
- Los servicios de mensajería efímera, como Snapchat, dan una falsa sensación de seguridad. En realidad hay modos de capturar las imágenes antes que desaparezcan, por lo que no proporciona privacidad absoluta.
- Además de todas estas razones, también podemos incluir aquí aquellas que mencionamos arriba, pues los archivos son igualmente vulnerables en los dispositivos de que quien recibe las fotos.
¿Qué consecuencias puede tener?
- La pérdida de control de nuestras fotos de desnudos tiene como primera y más clara consecuencia el daño a nuestro honor. A nadie, exceptuando a quienes se dedican al negocio de la pornografía, nos gustaría que nuestras fotos íntimas circularan públicamente por Internet, llegando a ser accesibles fácilmente y durante tiempo indefinido para nuestros amigos y familiares.
- El siguiente riesgo es el chantaje. Especialmente se produce entre un adulto depredador sexual y un menor –lo que conocemos como grooming– tras el envío por parte del menor de su primera foto sexting a quien cree que es alguien de su edad.
- Las consecuencias de este chantaje y acoso al menor suelen ser muy graves e incluso llegan a tener un desenlace fatal.
- El chantaje también ocurre entre adultos. Estos casos suelen producirse por medios de contactos a través de redes sociales y normalmente a hombres. Existen organizaciones importantes que se dedican a provocar esas primeras imágenes prometiendo encuentros sexuales. Inmediatamente después, se presentan como extorsionadores y exigen importantes cantidades de dinero por no compartir las imágenes con todos los amigos de la red social.
- Otra consecuencia importante es el delito de pornografía infantil. Si las fotos enviadas o recibidas son de un menor de edad, ambas personas involucradas pueden ser acusadas de un delito de pornografía infantil, con las consecuencias que pueda acarrear una condena de este tipo.
Hola, mi nombre es Leopoldo Álvarez. Soy uno de los periodistas de http://www.sinfiltros.com, una web de reportajes que además se emiten en el canal Mega, de Atresmedia. Está realizada por la productora de contenidos televisivos “Cuerdos de Atar TV”, dirigida por el periodista Melchor Miralles. Si visitan la web, encontrarán informaciones desde zonas de conflicto, investigación, denuncia y temas sociales de todo tipo. Les escribo porque realizando un reportaje sobre estafas en la red y extorsiones y me gustaría poder dedicar parte del reportaje a la “sextorsión”, el delito que más crece en la red, según la Policía. Necesito poder… Read more »