Sí, lo admito, el título es algo confuso. Ya sabemos que los alumnos no acuden a sus clases con “un periscopio de submarino” a cuestas. Pero sí utilizan algo cada vez más extendido llamado Periscope (periscopio en inglés) que instalan en sus teléfonos. Además lo hacen de una forma algo alarmante, como luego veremos.
Periscope es una aplicación para dispositivos móviles iOS y Android con una función muy interesante y aparentemente simple, la de retransmitir a modo de reportero, en directo y de forma pública lo que en un momento determinado hacemos y/o vemos, utilizando para ello la cámara y el micrófono de nuestro dispositivo.
Su funcionamiento lo convierte en una red social, donde otros usuarios se conectan para vernos y comunicarse con nosotros y donde podemos tener seguidores y ‘me gusta’, algo que aquí se refleja con “corazones”. Las retransmisiones se inician fácilmente tras pulsar un icono, solo deberemos ponerle un título que los demás verán. Pueden ser públicas o privadas y podemos elegir entre algunas opciones, como utilizar la cámara frontal o la trasera, publicar automáticamente en Twitter el inicio de una de ellas, permitir o no que los espectadores comenten vía texto y mostrar o no nuestra ubicación geográfica.
Cualquiera de nosotros puede localizar emisiones públicas en directo, e incluso grabadas, a nuestro alrededor o en cualquier lugar del mundo utilizando la aplicación móvil. Nos muestra las emisiones localizadas en un mapa interactivo y podemos ir saltando de una a otra fácilmente aunque se encuentren en diferentes partes del mundo.
La idea es realmente interesante. Según sus autores “no hay mejor forma de sentir un lugar en un instante determinado que mediante un vídeo en directo. Una imagen podrá valer más que mil palabras, pero un vídeo en directo puede transportarnos al lugar y mostrarnos lo que allí ocurre”. La aplicación ha tenido un éxito fulgurante, tan solo tiene un año de existencia, pero ya se ha extendido por todo el mundo y su número de usuarios no para de crecer.
Los niños y adolescentes son los más activos
Como ocurre con la mayoría de estas innovaciones tecnológicas es que siempre hay quien hace un mal uso de ellas. Recientemente la Policía ha hecho pública la detención de un usuario de Periscope porque no se le ocurrió retransmitir nada mejor que su conducción temeraria por las vías de Madrid. Parece que la colaboración ciudadana precipitó su localización y detención.
Pero la aplicación Periscope ha calado especialmente entre los menores, niños y adolescentes que buscan protagonismo emitiendo sus vidas públicamente, en cualquier momento y casi en cualquier situación, buscando la interacción del resto de usuarios que no siempre actúan con el esperado respeto.
En muchos casos son niñas preadolescentes que incluso se reúnen en grupos de dos o tres para emitir con la clara intención de provocar sexualmente al personal. Y claro, lo consiguen. Los comentarios que reciben son de escándalo, ya sabemos que en Internet circula todo tipo de individuos y desde luego, no se cortan en decirles todas las barbaridades que se les ocurre. Menos mal que el sistema permite bloquear a los usuarios que molestan con sus comentarios, pero lo cierto es que no suelen utilizarlo para eliminar esos mensajes provocativos y obscenos.
Además, es sorprendente ver la cantidad de niños y niñas, desde unos 12 o 13 años de edad, que retransmiten desde las propias aulas de los centros escolares y lo más increíble, en horario escolar.
Es inadmisible ver cómo los niños y jóvenes ignoran completamente la clase y al profesor/a, entre otras cosas, porque mientras emiten no dejan de leer los comentarios que les escriben los usuarios conectados. Evidentemente su atención en clase en esos momentos queda bastante mermada.
Cualquiera puede comprobarlo, basta con conectarse a esta red social y probar las emisiones en directo en horario escolar. También es posible ver emisiones reales y en directo de forma aleatoria en un PC sin ser usuario registrado desde la dirección https://www.periscope.tv/couchmode
Por supuesto que no solo encontraremos estos casos de niños y niñas ignorando la clase, también veremos otros usuarios que hacen un buen uso con retransmisiones “normales”, como personas tocando música, cocinando, haciendo deporte, contando noticias, etc.
Como ejemplo de lo que nos podemos encontrar, bastan unas imágenes capturadas en unos pocos minutos de una mañana cualquiera durante el horario escolar (conviene leer los títulos de las retransmisiones).
En clase de Tecnología, concretamente mostrando una sierra de marquetería.
En clase de economía, “atendiendo al profe”.
En educación física y provocando al personal. “Sxxxxxxx enseña teta a los 50 (seguidores)”
En el momento del almuerzo.
Esta niña desde casa. Alguien, escandalizado por lo que se está diciendo allí, le pregunta “¿Saben tus padres que estás aquí?
Creo fundamental que esta tendencia llegue a oídos de padres y profesores por el bien de todos nuestros jóvenes y niños. La tecnología es muy positiva cuando se utiliza correctamente, pero es necesario explicarles que también tiene su aspecto negativo y si es preciso, tomar medidas para erradicar estos malos hábitos o al menos para que no se extiendan todavía más.