Quisiera compartir mi preocupación acerca de la reciente noticia sobre el reconocimiento facial en Facebook. Como habréis leído, esta red social, una de las más grandes del mundo, ha incorporado el reconocimiento facial y etiquetado automático en las fotos que los usuarios incorporan en sus galerías. Además lo ha hecho sin avisar y con la opción activada por defecto.
Pero lo que a mí me resulta preocupante no es este hecho por sí solo, sino lo que parece que se nos viene encima con estos avances tecnológicos.
Hace algunos días una noticia lanzada por Google nos decía que tenía completamente desarrollado el sistema de reconocimiento facial para incluirlo en su Google Goggles. Pero de momento no lo incluiría en los sistemas por respetar las leyes de privacidad.
Podemos pensar que quizá esto nunca funcionará bien, que es muy difícil reconocer tantas y tantas caras diferentes. He de decir que he probado la aplicación Goggles de realidad aumentada y funciona razonablemente bien. Le muestras cualquier cosa al móvil y te devuelve infinidad de imágenes similares con referencia a sitios web donde se habla de ellas. He podido comprobar que da toda la información de varios objetos que he probado: una botella de refresco, un juguete, cualquier logotipo, también la mayoría de códigos de barras. Una de las mejores aplicaciones que tiene es la de identificar monumentos, esculturas, construcciones arquitectónicas e inmediatamente llevarte a, por ejemplo wikipedia, donde puedes averiguar toda su información.
Quiero decir con esto que algo que yo pensaba que era ciencia-ficción hasta hace poco es una realidad y funciona muy bien. Por tanto, no voy a dudar de la efectividad de la tecnología para el reconocimiento facial.
Tengamos en cuenta además la costumbre actual de subir fotos de personas a las redes, a cientos o miles, especialmente los jóvenes. Y normalmente los nombres de los usuarios coinciden con los nombres reales.
El etiquetado automático hará multiplicar enormemente la posibilidad de que te identifiquen a través de una sola foto. Pensemos que aunque sólo haya una foto etiquetada con nuestro nombre inicialmente, el sistema automático hará que todas nuestras fotos lo estén. La base de datos de imágenes nuestras será tan importante y variada que será posible reconocernos aunque adoptemos diferentes expresiones en la foto.
Si pensamos que esto se puede extender a todos las redes sociales, que lo que subimos a Internet estará allí para “siempre” y que los sistemas de reconocimiento facial serán cada vez mejores y accesibles a cualquiera, entonces creo que tenemos motivos suficientes para preocuparnos.
¿Qué puede ocurrir dentro de, por ejemplo, diez años? Si no se pone remedio nuestro rostro estará asociado a nuestro nombre y por tanto a todos los perfiles de redes existentes donde aparezcan nuestras fotos. Aunque hayamos utilizado alias, todos nuestros alias y nombres estarán relacionados con nuestras imágenes. Una persona cualquiera, por la calle, disimuladamente nos hace una foto, consulta la base de datos de imágenes faciales y le informa de toda nuestra historia que permanece en Internet y en las redes. Por ejemplo cómo hemos ido envejeciendo, dónde hemos trabajado, quiénes son y eran nuestros amigos, con quién hablábamos más y de qué hablábamos, donde hemos estado de viaje en los últimos años, y tantas otras cosas que aún no imagino.
Todo esto sólo con una fotografía que podría hacer cualquier persona. Y no olvidemos que los niños y jóvenes también estarían incluidos en las bases de datos, por lo que aumentaría enormemente su vulnerabilidad hacia engaños de todo tipo.
¿Creéis que tengo motivos para estar preocupado?
¿Qué más pensáis que nos puede traer este fenómeno?