Las cosas han cambiado bastante desde los tiempos en que nosotros íbamos “al cole” hasta ahora. Nuestr@s hij@s van a clase en otro contexto, con muchas más ventajas que tuvimos nosotros. Ahora tienen mucha más información a su alcance, mejores medios. Internet y las nuevas tecnologías juegan un papel muy importante en su formación. Ya van formando parte de sus planes de estudios y recurren a ellas para hacer sus trabajos, consultar información o incluso para buscar “el resumen de ese libro que se supone que había tenido que leer en las vacaciones de Navidad…”
No hace falta que destaque el papel que internet y las redes sociales juegan también en sus vidas privadas. Sus “vidas virtuales” constituyen un medio de relación social básico para ellos, sin el que ya no podrían vivir, y sobre el que se ha escrito mucho y se seguirá haciendo, por los riesgos que llevan asociados.
En este post quería poner el acento en un problema más concreto, que relaciona ambos mundos, el contexto escolar y el contexto privado de nuestr@s hij@s.
El otro día en casa mi hijo mayor estaba haciendo los deberes, y preparaba en el ordenador un trabajo de “Cono” que tenía que presentar. Llevaba una semana recopilando a ratos información de la Wikipedia para ir integrándola en un Word. Y al ir a grabar en el pendrive que utiliza para llevar sus trabajos me di cuenta de un pequeño detalle.
En el mismo pendrive llevaba más trabajos del cole, pero también unas fotos con sus amigos en el almuerzo después del último partido de fútbol de los sábados, y algún otro directorio con pinta de tener más fotos y esas “otras cosas” que te enseñan si quieren. Vamos que lleva media vida en su pendrive. Y a parte del riesgo –nada despreciable- de acabar un día en la lavadora en el bolsillo de un pantalón, me vino rápidamente a la cabeza otro más probable (y más teniendo en cuenta lo despistado que es). ¿Y qué pasa si lo pierdes?
Ese pendrive viaja en su bolsillo, en su mochila, aterriza en muchos ordenadores diferentes (en el colegio, en casa, en el PC de un amigo para copiarse esas canciones que se acaban de descargar). Sin entrar en el tema de los virus que pueden estar intercambiando, si perdiese ese pendrive tendría un pequeño gran problema. Por un lado los trabajos del cole (de los que por supuesto no hay copia de seguridad). Pero por otro… ¿y todas esas fotos? ¿y todas esas “otras cosas”? Cualquiera que encuentre ese pendrive podría verlas sin ningún tipo de problema. Y ese “cualquiera” podría ser alguien desconocido o alguien conocido, de su entorno. En cualquier caso, su privacidad correría serio peligro.
Ell@s no piensan en esas cosas. Ell@s están por encima del bien y del mal. No piensan en el “¿qué pasaría si…?”. Hagámoslo nosotr@s por ell@s.
Aquí dejo unos enlaces a utilidades gratuitas que permiten proteger el contenido de sus pendrives, cifrando con una contraseña la información que lleven en ellos. Ojo! Si acaba en la lavadora esto no servirá de nada…
Si se dispone de Windows 7, tiene la posibilidad de usar BitLocker. Este video es muy interesante http://www.youtube.com/watch?v=UVQMrK1KeYc
Aquí hay otros enlaces a:
TrueCrypt, una de las herramientas gratuitas de cifrado más utilizadas http://www.kriptopolis.org/truecrypt-windows-01
USB Safeguard http://www.genbeta.com/windows/usb-safeguard-cifrado-de-usb-sencillo-y-practico
Me indican mis compañeros del Área de Seguridad que para Linux, “sí o sí”, http://code.google.com/p/cryptsetup/
Y lo de la lavadora, mejor evitarlo por si acaso :)
Hola,
¿Algo para Linux?
Por cierto, que la mayor parte de los pendrives resisten sin problemas el paso por la lavadora. Solo hay que dejar que se sequen bien.