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¿Nunca te has preguntado qué hace tu hij@ tantas horas con el ordenador? ¿o con su smartphone? Puede que esté jugando, aunque lo más probable es que esté hablando con sus amigos a través de alguna red social o programa de mensajería como whatsapp. Pero ¿sabemos verdaderamente lo que está haciendo? ¿O sencillamente nos conformamos con imaginarlo? Es obvio que si nos planteamos estas preguntas algo está fallando en nuestra relación de supervisión y control sobre la actividad de nuestros hij@s en Internet.
La Red está llena de posibilidades de aprendizaje, ocio y cultura, donde descubrir multitud de cosas interesantes, profundizar sobre cualquier tema o sencillamente pasar buenos ratos de entretenimiento en alguna red social. Sin embargo también presenta algunos riesgos que como padres y educadores debemos conocer para que Internet no se interponga en la relación con nuestros hij@s y podamos hacer de Internet un nexo común en el que aprender y disfrutar juntos. Millones de menores navegan diariamente. Son los denominados “nativos digitales”, que han nacido en la era de las TIC (tecnologías de la información y comunicación). Son niños y adolescentes que se desenvuelven en un nuevo territorio marcado por la globalización tecnológica, a veces lejano para los adultos. Esta distancia entre menores y adultos, entre padres e hijos, está dando lugar a una importante brecha digital existente entre la generación que debe educar y la que debe ser educada. Este nuevo entorno en el que menores y adultos nos encontramos es el territorio TIC, donde el mundo virtual y el mundo real de los pequeños navegantes, no siempre están bien delimitados.
La forma de que todos los menores estén seguros es Internet, es conseguir que los adultos responsables de su formación, estén suficientemente formados e informados, para que puedan entender y transmitirles todos los peligros potenciales del territorio TIC, entendido en términos más tangibles, como una gran ciudad repleta de posibilidades. Este territorio, como toda gran ciudad, también esconde innumerables peligros para cualquier persona, especialmente para los menores.
Entre los riesgos que más habitualmente afectan a los pequeños, se encuentran los que hemos denominado como los -ING, algunos de ellos todavía desconocidos para muchos padres:
Cada uno de estos estos ING presenta características diferentes, no obstante todos tienen en común que sus víctimas, en la mayoría de los casos, son menores cuyos padres no están debidamente formados e informados sobre los riesgos que acechan en la Red y sobre aquellas conductas que ponen en riesgo la integridad de sus hij@s.
Algunos padres, por el mero hecho de que el menor está en casa conectado a Internet, bajo su supuesta supervisión, piensan ¿cómo va a haber algún problema con el uso de algo, en principio tan inofensivo como el ordenador e Internet? Y si lo tuviera, como hay una buena relación entre padres e hij@s, confiamos en que nos van a contar cualquier cosa que le suceda a tiempo de tomar las medidas oportunas, ¿no es así? Por nuestros años de experiencia investigando este tipo de delitos, lamentamos decir que NO. En muchas ocasiones los menores no cuentan lo que les está ocurriendo frente a una situación de abuso a través de Internet. Los niños están continuamente descubriendo el mundo que les rodea, y desde un ordenador, tablet o teléfono móvil encuentran información sobre todo lo que quieran buscar. Dependiendo de su edad, son muy vulnerables a cualquier mala influencia o manipulación que pueda proceder de un amigo, un compañero de clase, un familiar o de un desconocido con el que acaban de entablar conversación por Internet, que dice ser quien no es, del que no sabemos absolutamente nada y mucho menos las intenciones que tiene.
Ante un hecho así, evidentemente algo ha fallado en nuestra responsabilidad como educadores. Pueden existir varios motivos: dejadez, falta de tiempo, desconocimiento en el uso de las nuevas tecnologías, exceso de trabajo, tener más hijos pequeños a los que atender. No importa, cualquiera de estos motivos puede servir como justificación. Pero no se trata de justificarse, ni mucho menos buscar culpables, es cuestión de detectar lo antes posible las causas que han provocado esta situación y ponerles solución, de forma inteligente, sin caer en el tremendismo, buscando el diálogo y la comunicación que muy probablemente no hemos tenido hasta el momento.
Teniendo en cuenta las dificultades que en ocasiones entraña el trato con menores y adolescentes, en el manual TRANKI PAP@S de Pere Cervantes y Oliver Tauste, publicado por la Editorial Oniro (Grupo Planeta), se aportan una serie de directrices y consejos para que padres y educadores adquieran los conocimientos necesarios con los que dirigir de forma segura la relación y uso que deben llevar a cabo los niños de Internet y todas sus posibilidades.
En TRANKI PAP@S se analizan los -ING y se transmiten los riesgos fundamentales a los que están sometidos los menores en Internet, además de los consejos y herramientas que nos pueden ayudar para que seamos nosotros mismos quienes les introduzcamos en el mundo virtual, y no quede esta importante labor en manos de la curiosidad de nuestros hij@s, o peor aún, en manos de desconocidos.
TRANKI PAP@S es un viaje hacia ese mundo virtual en el que cualquier niñ@ pasa parte de su tiempo. Como todo viaje, éste también requiere de un equipamiento imprescindible: ganas de asumir y perfeccionar la responsabilidad como progenitor@ o educador@, en lo que al uso de Internet por parte de menores a su cargo se refiere, erradicar las creencias limitantes del tipo “yo no sirvo para eso”, “Internet me ha llegado tarde”. Y una mochila que los autores tratan de llenar de herramientas prácticas, eso sí, sin cargarla demasiado. Su principal intención al final del viaje es que cualquier persona, independientemente de sus conocimientos, pueda evitar que su hij@ se meta en líos en ese mundo virtual, y en el peor de los casos, estos queden reducidos a la mínima expresión.
Más información sobre Tranki Pap@s en: www.facebook.com/TrankiPaps y en twitter (@TrankiPapas).
Los autores:
Pere Cervantes y Oliver Tauste son miembros del Cuerpo Nacional de Policía. Llevan varios años dedicados a la investigación de delitos cometidos a través de Internet, pudiendo conocer los riesgos más habituales que acechan a los menores en la Red. Han coordinado y participado activamente en numerosas operaciones policiales a nivel nacional e internacional contra la distribución de pornografía infantil por Internet mediante programas de intercambio de archivos y contra la corrupción de menores. Han impartido cursos de formación, participado en varios programas de radio abordando el tema de los ciberdelitos y su prevención.
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