Después de que la semana pasada nos mostraran en los telediarios la parte negativa de las impresoras 3D, ahora le damos la vuelta, y amanecemos viendo una cara totalmente distinta de esta nueva tecnología a nuestro alcance. ¿Os imagináis imprimiendo vuestra propia comida?
Las impresoras en 3D llegaron hace años, pero ahora están empezando a entrar en las casas del consumidor final al hacer una bajada considerable de sus precios.
El otro día hablábamos de una utilidad bastante peligrosa, la posibilidad de imprimir una pistola (Algunos estados, como California, están pensando en su prohibición). Pero hoy vamos a centrarnos en otra futura utilidad de las impresoras 3D totalmente diferente: Comida hecha en impresoras 3D. Pensarlo bien, con esto se abre un mundo nuevo de posibilidades.
La NASA está trabajando en un proyecto de I+D que utilizaría la tecnología de impresión 3D para producir no sólo objetos de plástico sino también alimentos.
Han otorgado 125.000 dólares a un proyecto que pretende, en apenas seis meses, desarrollar la tecnología capaz de imprimir estos alimentos. Se trata de una beca otorgada al ingeniero mecánico Anjan Contractor de la empresa Systems and Materials Research Corporation para llevar adelante el proyecto de investigación durante seis meses.
Contractor recibió dinero por parte de la NASA tras la creación de un prototipo de este tipo de impresoras para reproducir chocolate.
El primer prototipo de comida en el que se está trabajando será una pizza. El motivo es sencillo: la receta de la pizza, en la cual se trabaja por capas, se ajusta perfectamente al funcionamiento de las impresoras 3D. Primero se esparciría la masa, luego el tomate y por último una capa de queso, todo en capas y una encima de la otra. La impresora crearía los alimentos a partir de un sistema de cartuchos con polvos de proteínas, azúcares y carbohidratos, entre otros componentes, y su combinación con aceites y líquidos.
Todo esto nos acerca a miles y millones de opciones, como por ejemplo, adaptar y personalizar cada receta con la composición nutricional que nos haga falta, debido a dietas, enfermedades, alergias…
La impresora 3D utilizará un software con código abierto, lo que permitirá, a la gente que quiera intentarlo, mejorar el dispositivo y ampliar en el futuro el número de recetas.
En este equipo formado por la NASA y el ingeniero Anjan Contractor cada uno tiene un punto de vista diferente.
La NASA está interesada en este tipo de alimentos para utilizarlos en sus viajes espaciales, así no tendría que mandar alimentos al espacio, si no cartuchos para sus impresoras. Con esto no sólo ahorrarían espacio, sino que además el equipo de Anjan Contractor ha conseguido que estos cartuchos con el polvo necesario para crear los alimentos puedan ser almacenados allí hasta 30 años. Esto podría eliminar algunas barreras de las futuras misiones a Marte.
Pero Anjan Contractor, además de estas tiene otras metas en mente. Él espera que su dispositivo se utilice en la compensación de la falta de alimentos en el mundo y así superar el problema de la desnutrición. Objetivo muy ambicioso.
Pero mirando a pequeña escala si cada uno de nosotros tuviera una impresora en la cocina, se rebajaría muchísimo la producción de desperdicios.
Dentro de nada tendremos que aprender a programar nuestra impresora 3D para poder comer nuestro plato favorito… así que igual va siendo hora de que empecemos todos a tener unas nociones básica de programación.
Véase:
¿Programación para niños?
Scratch: Programación para niños
¿Qué opináis? ¿Tenemos que cambiar todos el concepto que tenemos de alimento? ¿Llegarían estas impresoras a nuestras cocinas? ¿En cuántos años?