Los televisores que hoy encontramos a la venta ya no son simples pantallas pasivas donde podemos ver lo que las programaciones de las distintas cadenas nos ofrecen. Si vamos ahora a comprar un nuevo televisor encontraremos una gran gama de modelos y marcas con la propiedad conocida como Smart TV.
Smart TV o ‘televisores inteligentes’ son aquellos en los que además de poder ver la televisión habitual, podemos disfrutar de un sinfín de funciones semejantes a las que utilizamos en un smartphone o tablet. Por supuesto que estos aparatos, para ofrecer todo su potencial, necesitan estar conectados a Internet. Se conectan por cable a nuestro router o al wifi de forma inalámbrica fácilmente, solo es necesario seguir los pasos del menú de instalación e incluir la correspondiente contraseña de conexión.
Pero debemos conocer que desde el momento que conectamos un dispositivo a Internet estamos exponiéndolo a todo aquello que circula por la Red. Uno de los mayores riesgos a los que nos enfrentamos en la actualidad con uno de estos televisores es el del espionaje a través de su cámara.
Los ciber delincuentes están viendo cómo crece el número de cámaras de televisores conectados a internet y seguro que no tardan en mostrar interés. Si como hemos comentado en otras ocasiones los hackers pueden hacerse con el control de una webcam de ordenador incluso apagando su led de aviso, ¿qué les va a impedir hacerlo con la cámara del SmartTV? Ya hay información que afirma que se puede hacer sin mucha dificultad.
La cámara en estos televisores es una opción muy recomendable, ofrece opciones tan interesantes como:
- Reconocimiento facial para identificar a una persona registrada y mostrarle, por ejemplo, la programación de la televisión personalizada y según sus intereses.
- Permite manejar menús, cambiar canales, o ajustar el volumen con simples gestos de nuestras manos.
- Y lo que seguramente resulta más interesante, la posibilidad de hacer video llamadas cómodamente desde la tele con personas que estén en cualquier lugar del mundo.
- Juegos en los que se interactúa con gestos, etc…
Por ello no debemos renunciar a la cámara, seguramente estará presente en todos los modelos dentro de poco tiempo, pero sí podemos conocer los riesgos e intentar ponerles remedio.
El método infalible para impedir que nos vean en el salón sin nuestro consentimiento es sin duda tapar la cámara. Algunos televisores vienen ya con la posibilidad de taparla o de ocultarla en el interior del aparato. También ofrecen esta opción muchas de las cámaras que se venden como accesorios para las Smart TV que no la proporcionan de origen. Si no cuenta con esta posibilidad, simplemente podemos taparla con un post-it o cinta adhesiva.
Para los televisores, de momento, no disponemos de antivirus aunque no sería de extrañar verlos en próximas versiones. Algo que debemos atender en estos dispositivos es mantenerlos actualizados conforme los fabricantes nos ofrezcan nuevas versiones, como hacemos habitualmente con el sistema operativo del ordenador o smartphone, ya que en ellas suelen incluir mejoras relacionadas con la seguridad.
De momento no hay muchas más opciones, si queremos estar completamente seguros de nuestra intimidad ante un televisor con cámara, tapémosla cuando no la utilicemos.