El fraude no es nuevo, ni mucho menos, hace años que se viene cometiendo, pero parece que sigue tan activo como siempre o incluso más.
En el plazo de una semana he recibido dos mensajes por correo electrónico que, aunque con orígenes diferentes, persigue lo mismo, convertirme de forma encubierta en un agente para el blanqueo de dinero, lo que se conoce ya como hacer de “mulero”.