Los navegadores son los programas que utilizamos para ver las páginas de Internet tanto en ordenadores como en dispositivos móviles. Los sistemas operativos de nuestros equipos vienen siempre con un navegador instalado, como Explorer en los equipos Windows o Safari en los Mac, pero como usuarios podemos escoger entre otras opciones de gran éxito siempre gratuitas, como Chrome, Firefox u Ópera.
Los navegadores cuentan con muchas funciones que nos facilitan la experiencia, como la posibilidad de almacenar accesos directos a las páginas preferidas (“marcadores” o “favoritos”), recordar las contraseñas que decidamos, rellenar formularios con nuestros datos y otras herramientas que nos permiten su personalización. Por tanto, nos conviene probar más de uno y decidir según nos parezca más cómodo, rápido y seguro en su funcionamiento.
Pero para utilizar siempre el mismo navegador no basta solo con abrirlo inicialmente cada vez que nos disponemos a usar Internet.
Si no configuramos el navegador elegido como predeterminado, en ocasiones nos encontraremos utilizando otro con el que no estamos acostumbrados. Esto ocurre cuando seguimos un enlace desde una aplicación diferente que nos conduce a alguna página Web, por ejemplo desde un correo electrónico o un documento .pdf con vínculos a Internet.
Si queremos que nuestro navegador sea siempre el mismo y se abra automáticamente cuando lo “llamemos” desde otra aplicación, deberemos configurarlo como predeterminado.
Se puede configurar desde el propio sistema operativo, pero lo más sencillo es hacerlo utilizando las opciones del mismo navegador. Veamos cómo llegar a esta opción en los navegadores más habituales.
Google Chrome
Abrir la sección de configuración desde el icono superior derecho representado mediante tres barras.
Se nos abrirá una nueva pantalla en el navegador que presenta las opciones principales. Al final de la hoja podemos comprobar si Chrome es o no nuestro navegador predeterminado. Si no lo es, podemos establecerlo pulsando el botón indicado.
Mozilla Firefox
Las opciones de configuración principales las encontramos al hacer clic sobre el icono representado con tres líneas de la esquina superior derecha. En el desplegable que muestra deberemos pulsar sobre Opciones.
Se nos abrirá una ventana con varias secciones. Encontraremos nuestra opción de “Convertir Firefox en el navegador predeterminado” en la parte inferior del apartado “Avanzado”.
Internet Explorer
Con el navegador abierto, acudimos a la sección de “Opciones de Internet” pulsando el icono con forma de rueda dentada que veremos en la esquina superior derecha.
Ahora escogemos la pestaña Programas en la nueva ventana que se nos muestra y nos fijamos en el primer apartado, “Explorador web predeterminado”. Si decidimos utilizar Explorer para navegar en todo momento, deberemos pulsar en el botón “Predeterminar”.
Otros navegadores contienen menús de configuración similares para poder aplicar esta función. Sea cual sea el que elijas, recuerda buscar esta opción y configurarlo como predeterminado. Trabajar con más de un navegador suele repercutir en una peor experiencia de navegación y muchas veces en una pérdida de tiempo.