Fotos de gente en Punta Cana, en el puente del amor de París, en playas paradisiacas y en restaurantes con encanto. Qué cansados estamos de verlas y qué envidia nos suele dar. A más de uno nos gustaría pasarnos el verano dando la vuelta al mundo probando manjares exóticos y viviendo experiencias que parecen ser irrepetibles. Muchas publicaciones vemos en las redes sociales, sí, pero… ¿Tenemos la certeza de que son verdad? Lo cierto es, que hay hoy en día demasiadas diría yo, maneras de distorsionar la realidad.
Un claro ejemplo es el experimento realizado recientemente por Zilla Van Dem Born, una holandesa de 25 años que ha dejado no sólo a su familia, sino al mundo entero asombrados con su fingido viaje de 40 días por el sudeste asiático. Y es que, ¿A quién se le ocurriría pensar que después de llevar a tu hija hasta el aeropuerto, ella regresará a su casa para pasarse las siguientes tres semanas cara a una pantalla? Suena ilógico, pero así fue.
La joven, experta en Photoshop y otros programas, retocaba cuidadosamente cada foto hasta que llegara a aparentar un templo budista, comida asiática, incluso el efecto de estar conversando con otras personas. Parece algo imposible pero, hoy en día la tecnología está tan avanzada que no podemos jugar con ella; o, no podemos dejar que la utilicen para jugar con nosotros.
Y casi más asombroso que el experimento en sí, son los videos con las reacciones de sus familiares al enterarse de que todo era una simple farsa, una infinidad de sentimientos y expresiones concentrados en unos instantes de incredulidad. Supongo que, la misma reacción hubiéramos tenido nosotros al enterarnos de semejante situación. Eso por no imaginar cómo nos impactaría darnos cuenta de que en vez de una familiar con un viaje inventado, hay un pedófilo o asesino intentando comunicarse con nuestros hijos a través de un perfil falso. Suena duro, pero es así. Lo más tenebroso de todo es que el experimento de Zilla Van Dem Born puede ser una realidad, una realidad de esas que a ninguno nos gusta imaginar.
Podemos hacernos todas las trampas al solitario que queramos, podemos fingir que nada ha cambiado y que seguimos viviendo en la época de los tamagotchis inofensivos y de jugar al balón en la calle. Pero, si nos aferramos a eso, sólo conseguiremos darnos contra la pared. Lo cierto es que, a día de hoy estamos expuestos a muchos peligros que no podemos imaginar, porque la mayoría de ellos no son verdad; se les podría llamar fantasía virtual. No es tan fácil luchar contra ella como lo era coger una espada y arrasar con toda una ciudad, pero estar con los ojos abiertos y al acecho es una buena forma de empezar.
Imagen tomada de todopaisajes.com
Hola, he leído tu artículo y me ha parecido extraordinariamente emocionante. Da miedo como se puede deformar la realidad, como se puede mentir detrás de una cámara y la pantalla de un ordenador, me interesaría mucho ver tanto las fotos, como ese video de las reacciones, saber como se siente una persona engañada por las nuevas tecnologías y conocer algo más sobre este caso que me ha dejado completamente aturdida. Por favor, ¿serías tan amable de compartir el link? Me encantaría leer más artículos tuyos, espero que escribas pronto.