Una vez más es noticia la detención de una persona que utilizaba Internet y en especial las redes sociales para extorsionar a menores y con ello obtener favores sexuales.
El último caso publicado por los medios, hace solo un par de días, es el de un joven de 25 años, maestro y catequista en la localidad de Chipiona, Cádiz. Aunque realmente joven, ha sido calificado por la Policía como un auténtico “depredador sexual” ya que ha sido detenido en dos ocasiones anteriores y cuenta con un importante historial delictivo anterior.
En esta ocasión parece que utilizaba como medio de contacto con sus víctimas la conocida red social basada en fotografías Instagram. Contactaba con antiguos alumnos con los que además había tenido alguna otra relación en actividades extraescolares, de edades comprendidas entre los 12 y 13 años y siempre varones, ganándose inicialmente su confianza y tejiendo poco a poco una trama de extorsión.
Tras las primeras conversaciones de índole sexual que intercambiaban a través de mensajes electrónicos, el pederasta comenzaba con el chantaje, amenazándoles con publicarlas en las redes sociales y obligándoles al envío de imágenes y vídeos de desnudos. Una vez conseguidas las imágenes, las amenazas subían de nivel y las peticiones exigían encuentros sexuales en persona. Todo este mecanismo de extorsión para conseguir favores sexuales de menores se conoce con el término “grooming”.
Y es que se demuestra una vez más que Internet es un medio propicio para las “sextorsiones”, donde los pederastas aprovechan la ingenuidad y el desconocimiento de los menores para aprovecharse de ellos y hacerles actuar a su voluntad.
Quizá lo más importante que podemos hacer para prevenirlo sea enseñarles que “estas cosas pasan”, tanto a chicas como a chicos y que la previsión es la mejor manera de combatirlo. Utilizar Internet con sentido común y no hacer allí lo que no haríamos en persona es fundamental para mantenerse al margen de muchos problemas.
Consejos para prevenir el chantaje sexual en menores
- La educación es fundamental. Los padres y profesores tenemos la labor de adelantarnos a este peligro advirtiendo a los menores de las consecuencias tan dramáticas que pueden llegar a tener algunos actos, aparentemente inofensivos, cuando se realizan por Internet.
- Nunca establecer contacto en redes sociales con desconocidos. Desconfiar de quien contacta con nosotros, especialmente si somos menores, tal y como lo haríamos en las relaciones reales o en persona.
- No enviar imágenes con contenido sexual bajo ningún concepto. Ni siquiera a amig@s o novi@s en los que confiemos ciegamente. El sexting es uno de los fenómenos que traen situaciones más dramáticas y puede volverse en nuestra contra en cualquier momento.
- Lo mejor es no hacer ese tipo de fotos. Es importante saber que las fotos, igual que otros archivos, pueden caer en manos de personas con malas intenciones de muchas maneras, como por la pérdida o robo de un teléfono u otro equipo, el efecto de un virus informático, el mal uso de un familiar o amigo al que le préstamos nuestro dispositivo o un simple un despiste con nuestra privacidad. Indudablemente, si queremos mantenernos a salvo del riesgo de perder nuestras fotos de desnudos, lo más efectivo será no hacerlas nunca.
- Convencer a los menores de que lo pueden contar. Exponiéndoles el problema a la edad adecuada, con seriedad pero de forma abierta y sin tapujos, conseguiremos que lo identifiquen como un tema del cual “se puede hablar”. El objetivo sería convencerles de que deben compartir con sus padres o algún adulto de confianza cualquier situación extraña que les pueda preocupar con respecto a los contactos sexuales por Internet.
- Denunciar si cae alguna en sus manos. Si alguna vez reciben alguna imagen o vídeo con contenido sexual de alguien conocido y especialmente si se trata de un menor, nunca compartirlo, pero sí deben avisar a sus padres y denunciar el hecho a la Policía.