Los teléfonos móviles necesitan una tarjeta SIM para poder conectarse a la red telefónica y a Internet. Sus siglas vienen de la expresión inglesa “Subscriber Identity Module”. Es una tarjeta que nos proporciona nuestra compañía telefónica con la que podremos realizar llamadas y utilizar los datos de Internet. Internamente lleva asociado nuestro número de teléfono y es lo que nos identifica como usuarios ante la compañía.
Las tarjetas han evolucionado con el tiempo a tamaños cada vez menores optimizando así el espacio disponible en el dispositivo. Los primeros teléfonos móviles que se extendieron en el mercado utilizaban la SIM de un tamaño conocido hoy como ”estándar”. La mayoría de los terminales actuales utilizan un tamaño menor, la microSIM. Y los más avanzados tecnológicamente ya requieren un tamaño incluso menor, la nanoSIM.
Actualmente, cuando compramos una SIM, recibimos una tarjeta troquelada de tal manera que podemos extraer de ella el tamaño que necesitemos.
La tendencia del mercado nos indica que estas tarjetas físicas terminarán por desaparecer y serán sustituidas por un pequeño chip fijo – eSIM – que podremos programar para seleccionar nuestra compañía y cambiarla cuando lo necesitemos.
¿Qué es el PIN?
PIN, del inglés Personal Identification Number (Número de Identificación Personal) es sinónimo de clave secreta. En el caso de las SIM, se trata de un código de cuatro números necesario para hacer funcionar la tarjeta y por tanto tener acceso a las comunicaciones. En caso de introducir tres veces erróneamente el código PIN en una SIM, ésta se bloqueará y ya no será posible utilizarla a menos que conozcamos otra clave secreta más larga conocida como PUK.
Los códigos nos vienen dados de origen cuando la compañía telefónica nos entrega la SIM y podremos verlos, por ejemplo, impresos en algún lugar del soporte de la tarjeta.
La clave PIN la podemos memorizar o cambiar por alguna que nos resulte más cómoda de recordar, pero lo que no debemos hacer nunca es anularla.
Podemos modificar el PIN, una vez instalada la tarjeta y desbloqueada por primera vez, desde los ajustes de seguridad del teléfono, sea de la marca que sea.
Veremos las dos posibles opciones, la de cambiar el PIN y la de inactivar/activar el bloqueo por contraseña.
Nuestra recomendación es mantener activado este bloqueo siempre. De este modo, cada vez que pongamos en marcha nuestro dispositivo o lo reiniciemos, nos solicitará la clave para poder acceder a las comunicaciones.
No obstante, ante el robo o pérdida del dispositivo, podrían llegar a realizar llamadas o conectarse a Internet ya que el PIN solo es necesario para iniciarlo. Por ello es muy recomendable utilizar además algún tipo de bloqueo de pantalla.
Pero lo que sí evitaremos mediante este sistema del PIN es que puedan utilizar la tarjeta SIM en algún otro dispositivo, con los riesgos que ello supone, como el cargo de llamadas internacionales a nuestra cuenta o la suplantación de nuestra identidad en Whatsapp.
¿Qué es el PUK?
PUK procede de la expresión inglesa Personal Unlocking Key (clave personal de desbloqueo). Se trata de un número de ocho cifras que nos permite restablecer el uso de la SIM tras haber introducido erróneamente el PIN. Muy útil cuando por accidente introducimos incorrectamente la clave tres veces y bloqueamos la tarjeta.
Este número PUK no lo podemos cambiar y resultará imprescindible para recuperar una SIM bloqueada, por lo que debemos conservarlo en lugar seguro y recordar dónde lo hemos guardado.
Si no conocemos el PUK o lo introducimos incorrectamente diez veces, la tarjeta SIM quedará definitivamente bloqueada y solo podremos recuperar nuestro número de teléfono mediante una nueva tarjeta SIM que deberemos solicitar a nuestra compañía telefónica.