Desde hace un tiempo va circulando por Whatsapp un mensaje falso sobre una abuelita que está ingresada en un hospital y que ni ella ni nadie saben quién es.
Como muchos otros bulos, son mensajes que intentan tocar la “fibra sensible” de las personas para despertar la lástima y la compasión y así provocar que se comparta al mayor número de personas. En otras ocasiones utilizan el efecto “alarma social” con temas de interés general, como el de la alerta antiterrorista o el del teléfono de emergencias 088.
Son mensajes que no esconden riesgos de tipo virus o de algún tipo de timo en la Red, como sí ocurre en otros casos como el que recientemente comentábamos de los cupones de descuento. Pero resultan molestos y sobre todo, nos hacen sentir bastante incómodos, incluso a veces ridículos, cuando alguien nos cuenta que el mensaje es completamente falso.
Desde aquí nos proponemos colaborar en la reducción de estas cadenas de mensajes falsos y por ello publicamos algunos de ellos a modo de ejemplo para que los usuarios los conozcan y aprendan a identificarlos.
El mensaje de la “abuelita” me llegó recientemente a través de un grupo de Whatsapp, pero me podría haber llegado por medio de cualquier otra red social o servicio de mensajería. El mensaje dice:
“Esta abuelita esta en san juan de Dios,llego solita y no sabe quien es por favor difundir la foto Pasarlos a todos los grupos que tengáis a ver si localizan a la familia”
A poco que busquemos en Internet descubriremos que es falso.
¿Cómo identificar un bulo?
Antes de compartir una noticia alarmante o sensible que llame a la solidaridad de cualquier modo, es completamente recomendable que realicemos alguna búsqueda por Internet para contrastar la información.
Es tan sencillo como buscar algún dato relevante del mensaje al que podemos añadirle la palabra ‘bulo’ para que los resultados encontrados tengan mayor acierto. En este caso solo hacía falta buscar unas pocas palabras relacionadas con el mensaje para que el buscador nos devuelva varios resultados confirmando el bulo de la abuelita.
Razones para no enviar bulos
- Tiempo: además del tiempo que invierte quien lo envía, el que lo recibe malgastará el suyoleyéndolo, probablemente buscando información para contrastar el hecho y posiblemente contestando a quien lo envió explicando las razones para que deje de hacerlo.
- Daño a inocentes: en muchos mensajes de este tipo aparecen nombres, números de teléfono, correos electrónicos, nombres de empresas, etc. que seguramente recibirán avalanchas de llamadas y mensajes de todo tipo. En la mayoría de los casos son personas completamente ajenas al bulo pero se verán perjudicados de una u otra manera por la información falsa que se ha extendido.
- Daño a la propia imagen: a nadie nos gusta que nos califiquen de “pardillos” al compartir algo. Ofrecemos así una imagen de excesivamente inocentes al compartir mensajes que la mayoría identifica como bulos.
- Energía: toda acción que realizamos en Internet conlleva un gasto energético más allá del consumo del propio dispositivo. El consumo de un solo mensaje es despreciable, pero cuando se multiplica por cifras extraordinarias, se convierte en uno de los problemas más importantes a los que se enfrentan los proveedores de servicios como Facebook o Whatsapp, junto a las repercusiones medioambientales que conlleva.