Hace unos días se publicó la noticia de que unos hackers habían obtenido y publicado 55.000 contraseñas de la red social Twitter (20.000 eran de cuentas repetidas o deshabilitadas, según la compañía). Este suceso nos vuelve a demostrar la importancia de tener una buena contraseña y da pie a que analicemos cómo deben crearse y usarse:
Siempre que se habla de contraseñas hay alguien relacionado con la seguridad (o con otras áreas de la informática) que nos dice: “Hay que usar una contraseña diferente para cada cosa”. Esto, para el usuario medio, supone un problema y parece que sea imposible, pero vamos a indicar algunos “trucos” para convertirlo en algo sencillo.
Lo primero, deberemos tener en cuenta los servicios a los que accedemos con usuario y contraseña (credenciales) y separar estos ámbitos según la criticidad de la información que manejemos. Un ejemplo de clasificación podría ser: