Los casos de detenciones policiales a redes de pederastas implicados en pornografía infantil en Internet son conocidas y por desgracia más habituales de lo que desearíamos.
Pero en las últimas semanas hemos conocido varios casos impactantes de esta naturaleza en los que tanto los afectados como los autores eran menores de edad. Algo del todo inimaginable hasta hace muy poco tiempo. El acceso habitual de los menores a las nuevas tecnologías y la proliferación de dispositivos conectados a Internet hace que surjan nuevas situaciones de riesgo de las que en muchos casos desconocemos su repercusión.
Es el caso del conocido ‘sexting’, actividad poco recomendable incluso para adultos, que consiste en enviar a través de algún medio electrónico fotos o vídeos sugerentes y de contenido sexual y que cuando aparecen menores es considerado como pornografía infantil, con las consecuencias legales que ello conlleva.