Se acerca la Navidad y llega el momento en que muchos padres ayudarán a sus ilusionados hijos a escribir esa mágica carta a los Reyes Magos. Una vez éstas lleguen a su destino les tocará a SS.MM. los Reyes Magos de Oriente hacerse una pregunta fundamental… ¡y no nos referimos a si los pequeños han sido buenos durante el año como para merecer los regalos que piden!
La cuestión reside más bien en que SS.MM. no terminan de entender algunas cosas que les han pedido. Es verdad que deben preparar muchos regalos, cumpliendo la ardua y fascinante tarea de repartirlos en una sola noche, pero primero deben comprobar que son adecuados para sus futuros dueños. Y esta labor se vuelve un poco complicada cuando hablamos de la gran cantidad de “cosas modernas” que piden ahora los niños y, en particular, de los videojuegos.
Por eso traemos esta sencilla y práctica guía para ayudar a SS.MM. a elegir el regalo perfecto esta Navidad.
Nuestras tres recomendaciones para elegir videojuegos
La clasificación, nuestro primer aliado
Si revisamos cualquier videojuego, físico o digital, encontraremos una serie de recuadros que nos indican para qué audiencia se recomienda y qué contenidos sensibles incluye. Hablamos del sistema PEGI (Pan European Game Information), un sistema de etiquetado lanzado en 2003 para reunificar los distintos sistemas nacionales; el sistema PEGI consta de dos grupos de etiquetas:
El primer grupo es la etiqueta de la edad. Un recuadro negro relleno de un color, con escala de verde a rojo, y un número que nos indicará su recomendación en base a la presencia o ausencia de contenidos considerados sensibles y el nivel de madurez necesario según los temas tratados. Esta etiqueta siempre aparece en todos los juegos.
El segundo grupo de etiquetas se relaciona con los contenidos sensibles presentes. Son recuadros negros con distintos dibujos en blanco, los cuales indican qué tipo de contenido valorado como dañino, soez o peligroso puede encontrarse dentro del juego. Por lo tanto, puede ocurrir que, si un juego está pensado para todos los públicos, no presente ninguna de estas etiquetas.
Las etiquetas PEGI tienen el siguiente aspecto.
Se puede consultar más información sobre ellas en la web de PEGI.
Debemos tener en cuenta que PEGI da una valoración de edad sobre la adecuación del contenido a la madurez del niño y no valora la dificultad del reto que presenta el juego. Un juego puede tener una clasificación +18 por contenido explícito, pero ser muy sencillo de superar. Por el contrario, un juego +3, que no incluye material sensible, puede resultar muy complicado para los más pequeños. También debemos entender que el indicador de edad no es un valor estricto, sino una recomendación a valorar según el desarrollo de madurez individual.
Por otro lado, las etiquetas de clasificación de contenido no ofrecen más información más allá de la mera presencia del elemento descrito, que puede estar presente en mayor o menor grado, siendo desde una simple mención a un contundente y gráfico desarrollo del tema durante el juego.
Internet, nuestro buen amigo informador
Aunque el etiquetado PEGI es un buen primer filtro en la investigación de SS.MM., si solo se quedan con eso puede que no acierten con el regalo, al no considerar otros aspectos. La clasificación puede ser la correcta y la persona que lo recibe tener la madurez adecuada; sin embargo, esto no implica que vaya a gustar. Como siempre se dice “en el libro de los gustos no hay nada escrito” y dentro del mundo de los videojuegos hay una gran variedad de temáticas y formatos para elegir.
¿Y cómo podemos encontrar más información sobre el contenido del videojuego en cuestión?
Acudiendo a nuestro navegador favorito y usando algunas palabras como “gameplay, gamethrough, review, reseña, análisis, …”, junto con el título del juego; encontraremos una gran variedad de formatos de revisión. SS.MM. ya no tienen que conformarse solo con la limitada descripción del dorso de la carátula: ahora pueden ver cómo son los juegos con todo lujo de detalles.
Los padres, el contacto clave de Sus Majestades
Quizás el mejor consejo que podemos ofrecer para acertar a la hora de seleccionar un regalo sea algo tan sencillo como conocer a la persona que lo recibirá. Por esto mismo, para que SS.MM. puedan acertar esta Navidad, los padres deben ayudar en algo más que la escritura de la carta. Toca “tirarse a la piscina” e implicarse en los hobbies de sus pequeños.
Puede ser algo complicado al principio debido a ciertas barreras como la jerga de los videojuegos con la que nos hablan los peques, o desconocer cómo se usan los diferentes mandos y aparatos para jugar. Pero no debemos dejar que ese muro inicial nos desanime y aleje de ellos. Quién sabe, quizás además de vigilar las horas dedicadas y cómo las emplean, podríamos descubrir que es algo que nos gusta y se convierte en una actividad para compartir todos juntos en familia.