Cuando un joven de hoy en día ve a una parejita de ancianos cogidos de la mano paseando tranquilamente por el parque esta suele ser su reacción: “Míralos qué monos, en estos tiempos es como si no existiera el amor”. Y es que es cierto que, dejando aparte el tema de que a día de hoy la mujer es independiente y el divorcio parece haberse convertido en un simple trámite, lo cierto es que actualmente las parejas duran mucho menos y se está volviendo mucho más sencillo “renovar” la situación sentimental. ¿Será causa de la evolución de la raza, que nos estará haciendo cambiar? O… ¿Tendrán algo que ver las relaciones sociales que nosotros mismos hemos creado?
Está claro que atrás quedaron las cartas con perfume, el libro con la flor el día de Sant Jordi y las llamadas desde las cabinas telefónicas. Hay que renovarse, sí, pero… ¿Hasta qué punto? El WhatsApp y el Facebook facilitan mucho el inicio de una relación: Conversaciones eternas hasta la madrugada, notas de voz y sonrisas tontorronas al otro lado de la pantalla. No obstante, muchas veces pueden poner punto y aparte, o incluso punto y final.
“Vaya por dios, mi novio estaba conectado dos horas después de decirme buenas noches, a saber con quién hablaría”.