Nuestra red wifi es vulnerable a conexiones de otros dispositivos próximos a nuestra casa sin nuestro consentimiento. Ya son muy pocas las redes que no tienen configurada una contraseña de conexión, pero aún teniéndola, podemos ser víctimas del robo de nuestra wifi.
Desde hace algunos años, las compañías que nos proporcionan el router wifi lo hacen con una configuración de seguridad para evitar estos robos, es decir, obligan a escribir una contraseña bastante larga para permitir la conexión del ordenador o el aparato wifi que sea. Cuando nos conectamos por primera vez la escribimos y en las sucesivas conexiones ya no será necesario repetirla porque queda grabada en nuestro ordenador o dispositivo.
Lo que intentamos con ello es impedir a cualquier vecino que se conecte a nuestra red, ya que desconoce esa contraseña. Ésta suele venir escrita en la parte inferior de nuestro router o en la documentación que nos han entregado. Pero ya hemos explicado otras veces que con esto no es suficiente. Existen muchas formas de averiguar esta contraseña, no hay que ser un gran experto, sólo ser un buscador hábil de información en Internet. Se pueden encontrar programas que facilitan esta intrusión y están al alcance de todos.
Es muy importante que vigilemos las conexiones que recibe nuestro router para identificar si tenemos intrusos. La razón principal no es evitar que se aprovechen gratis de nuestra conexión, que ya sería suficiente por sí solo.
Lo más importante es protegernos de los ciberdelincuentes que pudieran conectarse para fines maliciosos, como descubrir nuestros datos personales o transferir archivos origen de delitos, como pornografía infantil. A los ojos de la policía, quien ha transferido o descargado estos archivos somos nosotros, pues figura nuestro router como punto de conexión.
¿Qué podemos hacer?