Siempre conectados
Uno de los pilares de la revolución digital en la que vivimos es la hiperconectividad aportaron los smartphones. Si hasta ese momento necesitábamos un ordenador con ADSL para poder acceder a internet, desde la irrupción del iPhone, en junio de 2007, estamos permanentemente conectados.
Después la conexión se ha ido extendiendo a multitud de dispositivos: televisores, cámaras, sensores, actuadores, altavoces, videoporteros, neveras, lavadoras, e incluso comederos para mascotas.
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