Se conoce como grooming a las acciones que realizan ciertos adultos a través de Internet para ganar la confianza de menores y jóvenes con la finalidad de obtener algún tipo de favor sexual. Su primer objetivo suele ser conseguir imágenes o videos de menores desnudos o realizando algún tipo de acción sexual, es decir, provocan la peligrosa actitud del sexting. El siguiente paso es la sextorsión, persuadiendo y chantajeando al menor para que ceda ante sus peticiones.
La estrategia utilizada por estos acosadores en la mayoría de los casos es fingir ser una persona de la misma edad, adquiriendo confianza con el tiempo y poco a poco incitar al menor a exhibirse vía webcam. También pide fotos y realiza intercambios, aunque por supuesto, las fotos que él comparte son falsas. Se aprovecha de la inocencia y falta de experiencia del menor para engañarle y más tarde manipularle.
El grooming ya es delito en España. Las reformas que se han llevado a cabo recientemente en el código penal contemplan que esta acción sea considerada como delito cuando va seguida de un intento de encuentro físico con fines sexuales. Esperemos que más de un acosador se lo piense dos veces antes de jugarse una pena de prisión. Y en el caso de caer en una de estas trampas, sabemos que podemos denunciar con la certeza de que el culpable cumplirá su castigo, siempre que se aporten las pruebas suficientes, claro.