Aquella imagen que hemos visto durante tantos años de personas haciendo “dedo” en la carretera parece que tiene los días contados. Y no tanto porque sea ilegal, sino porque la tecnología avanza de tal manera que ya no tendrá sentido, ahora lo podemos hacer de forma mucho más eficiente.
Si queremos hacer un viaje y no disponemos de coche, podemos usar las plazas libres que otras personas ofrecen en sus vehículos para compartir, normalmente por un precio muy reducido.
Ya no se trata de esperar en un punto de una carretera a que pase un alma caritativa que nos quiera llevar. Ahora, mediante nuestros dispositivos móviles podemos localizar las ofertas que nos interesen de viajes compartidos que otras personas han publicado. Es como una red social en la que los contactos interactúan para compartir las plazas de sus coches.