“¡Maldito móvil, especialmente el WhatsApp!
Mis dos hijas, adolescentes, no hacen otra cosa que atender a su pequeña criatura. Me dirán que es una exageración, que seguro que hacen otras cosas a lo largo del día. Sí, es verdad comer, dormir y salir con l@s amig@s, no mucho más.
Se acuestan muy tarde, siempre hay con quien charlar desde la cama sea la hora que sea. Por tanto les cuesta mucho levantarse y no exagero al decir que lo primero que hacen al despertar es revisar las contestaciones de las últimas conversaciones. Después, a lo largo del día, la atención que requiere el maldito móvil es constante. No dejan de llegar mensajes, es continuo. Son decenas de amigos con sus conversaciones y lo que aún es peor, los grupos, con cientos de mensajes acumulados en cada uno diariamente. Y si con el wasap fuera poco, también se relacionan con Twitter, Facebook, Instagram y vaya usted a saber con cuántas cosas más.