Los ciberdelincuentes no dejan de inventar nuevos métodos para timarnos, en esta ocasión el objetivo son las empresas, aunque como en muchos otros casos, se aprovechan del eslabón más débil de la seguridad, las propias personas.
Utilizan un sistema que ya ha costado más de 2000 millones de dólares a las empresas en los últimos dos años y su ámbito de acción es mundial, cualquier compañía puede llegar a ser objetivo de esta estafa independientemente de su tamaño.
Se conoce como el fraude del CEO porque la estafa está basada en la suplantación de la identidad del consejero delegado o el director general de la empresa, término con el que se conoce a esta figura en inglés (Chief Executive Oficer).