Compartir públicamente fotos de niños, – de hijos, familiares o amigos – no es una buena práctica. Puede ser considerado incluso un delito contra la privacidad del menor.
El periodo de confinamiento que hemos sufrido las familias en recientes fechas debido al Covid-19, ha provocado un incremento en redes sociales de fotos y vídeos de niños en todo tipo de situaciones.
También la temporada estival propicia que muchos padres compartan compulsivamente fotos de sus pequeños en la playa, montaña o en cualquier otro destino vacacional.
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