Los ataques con virus del tipo ransomware se han hecho tristemente famosos por las nefastas consecuencias que tiene para los equipos (sus archivos) y por la tremenda repercusión que han tenido en los últimos casos, como el conocido por “WannaCry”. El resultado de estas infecciones es siempre el secuestro de la información, es decir, el cifrado de todo el contenido del equipo y su posible recuperación a cambio de pagar un dinero a modo de rescate al atacante.
Desde la versión conocida como “Fall Creators Update” o también conocida como versión 1709, el sistema de protección de Windows 10 cuenta con una herramienta capaz de proteger carpetas enteras con la finalidad de que ningún programa pueda modificar sus archivos a no ser que le demos autorización expresa.