Todo el mundo está encantado con su Smartphone, con todas esas aplicaciones que vienen instaladas y las que además podemos descargar. Se nos presenta un abanico enorme de comunicación y entretenimiento.
Pero lo que también es una sensación común entre todos los usuarios de estos nuevos teléfonos es la escasa duración de sus baterías.
Por un lado es comprensible, comparado con los móviles de antes, los actuales tienen muchas más funciones y pantallas enormes que hay que iluminar.
Pero también es cierto que la tendencia es hacerlos cada vez más finos y ligeros. ¿No podrían hacerlos un poquito más gruesos? A muchos de nosotros no nos importarían unos pocos milímetros más de grosor a cambio de un par de días más de autonomía.
Con un uso moderado, ya es afortunado el que consigue llegar a la noche con algo de carga en la batería de su móvil. Cómo añoro, en ese aspecto, mi antiguo sony-ericsson que podía durar fácilmente hasta una semana.
La batería es claramente uno de los puntos débiles de estos dispositivos. Si te vas a ausentar de casa aunque sólo sea un día, que no se te ocurra dejarte el cargador o cables necesarios para cargarlo, porque seguro que cuando más falta te haga será cuando se apague por falta de batería. Es un verdadero incordio.
Podemos intentar mejorar el rendimiento de nuestras baterías modificando algunos detalles de nuestra configuración y algunos de nuestros hábitos. Siempre sin olvidar que si tenemos un aparato de estos es para disfrutarlo y utilizar todo su potencial, porque de otra manera podemos convertirnos en unos esclavos del móvil y de su configuración.