Hace solo unos días me contaron un caso real de ‘sexting’ que, como en tantas otras ocasiones, ha llegado a ser del dominio público. El caso ha ocurrido en el entorno escolar a una chica de 15 años y como no podía ser de otra forma, ha terminado en ‘ciberacoso’ y la correspondiente denuncia de la afectada.
Todo comienza con el envío de una foto de los pechos desnudos de la chica a su novio. Ella confía en la discreción y buen criterio del novio y ‘está convencida’ de que esa imagen nunca llegará a otras manos.
Pero a los pocos días, al entrar en su propia aula del Instituto observa perpleja que su foto aparece colgada de la pared, impresa en tamaño A4, a la vista de todos sus compañero@s.
Es evidente que la situación se le ha ido de las manos y ya no tiene solución. La imagen circula por Internet y ya no es posible eliminarla, puede estar en cualquier página, ordenador, móvil o espacio virtual.