La cantidad de datos que contratamos con las compañías telefónicas para nuestros dispositivos móviles son limitados a lo largo de cada mes. No existen tarifas planas ilimitadas, como ocurre en casa, con las que podamos navegar y descargar contenidos indefinidamente. Todas ellas tienen una cantidad límite mayor o menor dependiendo de lo que estemos dispuestos a pagar.
Las grandes compañías, como Movistar, Vodafone u Orange, en un principio no nos cobraban por rebasar el límite de datos contratado. Lo que aplicaban en ese caso era una reducción considerable de la velocidad de conexión, con lo que podíamos seguir utilizando Internet con velocidades ridículas, pero nos evitaban los sobrecostes en la siguiente factura.